lunes, 7 de julio de 2014

Crítica: Mi otro yo de Isabel Coixet


Mi relación con el cine de IsabelCoixet fue como un romance breve pero muy intenso, su película Cosas que nunca te dije es seguramente una de las que más me ha impactado y una de las que tengo gran recuerdo. Me cogió en un momento sensible e hizo que la valorara muy positivamente pero el interés por sus películas fue menguando. Ante las malas críticas de A los que aman, que si no recuerdo mal, fue su siguiente película y la falta de motivación y oportunidad de ver su trabajo posterior hizo que desapareciera completamente de mi vida. Ahora nos encontramos con esta historia en la que juega con elementos a priori poco adecuados a su cine. Pocos se pueden imaginar haciendo una película de terror, ella misma la primera. Pero nos lleva a Inglaterra en la que una adolescente empieza a sufrir un ataque persecutorio por una compañera que le tiene envida porque tiene lo que ella desea. En realidad su vida no es tan perfecta, en su casa vive un drama familiar y el ambiente es bastante opresivo. No es una historia de terror porque haya demonios, asesinos psicópatas, algún monstruo sino que la tensión viene por la locura de la protagonista y por un ambiente cada vez más angustioso. En parte yo creo que quiere de alguna forma retratar esa atmósfera que tienen las películas de cine japonés como The ring en donde lo terrorífico se cuela en una realidad cercana y de una forma bastante posible. El problema con Mi otro yo es que Coixet no consigue provocar el mayor interés ni por la historia ni por los personajes. Se nota demasiado lo incómoda con este género y que no lo domina. Recurre al socorrido drama que es un territorio que le es más familiar pero aún así no consigue que la historia arranque. Como historia de terror defrauda pero también como película de intriga pues no provoca ni tensión ni emoción en el espectador. Lo interesantes es cuando el espectador tiene una información sobre la trama que no la tienen los personajes de la historia y sufrimos con lo que pasa en la pantalla porque nos sentimos impotentes antes el sufrimiento que vemos o que va a suceder. En cambio, Coixet da un exceso de información a sus personajes, a veces incluso más que a los espectadores pero que no la llegan a utilizar a su favor, con lo que más que empatizar con los personajes o sufrir por ellos lo que nos de es más bien pena por no saber utilizar todas las ayudas que el guionista les ha aportado. En el festival de cine alemán se podía ver una película como Susurros tras la pared que no era mejor que esta pero que por lo menos tenía unos altos niveles de ironía y de exageración que le daban un toque de comedia involuntario. Lo más destacado de la película es el reparto de actores que encabeza Sophie Turner más conocida por ser Sansa Starck en Juego de Tronos, Jonathan Rhys Meyers, Claire Forlani y Rhys Ifans. También destacar los pequeños papeles de las españolas Ivana Baquero que no veíamos en una película desde que en 2009 hiciera de hija de Kevin Costner y Leonor Watling.




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