jueves, 16 de octubre de 2014

Crítica: Ninja Turtles de Jonathan Liebesman


Leonardo, Raphael, Michelangelo y Donatello. ¿Quién no recuerda estos nombres? Las tortugas más famosas de la televisión vuelven al cine de la mano de Jonathan Liebesman, director de 'Ira de titanes' o 'La matanza de Texas: el origen' con Michael Bay como productor.


Con estos antecedentes podemos imaginar qué habrá en la película: explosiones, humor básico y muchísima acción. Y es lo que encontraremos… a medias. Hay muchas menos explosiones que en una película de Michael Bay, y bastante menos acción. Lo de la acción puede deberse a que se toman su tiempo para presentar a unos personajes más que conocidos, o que no estira la duración total hasta el absurdo. Estos dos factores se agradecen infinitamente, porque si hubiesen intentado alargar la aventura de estas tortugas habría pasado de ser una película aceptable a una que roza el suficiente. Hablando de otra cosa que está a medias es el humor: no es tan tonto como en la saga 'Transformers', y eso es un punto a favor. Tampoco es que sea el humor más inteligente del mundo, pero por lo menos nos libramos de escuchar bromas que harían chicos de quince años. Durante la película seguiremos las aventuras de April O'Neil, una periodista que intenta abrirse paso en su profesión sin demasiado éxito, y de las cuatro tortugas adolescentes mutantes ninjas, por supuesto. También vemos al malo malísimo que intenta destruir la ciudad por cuestiones de dinero -como si le faltase-. En esto es poco novedosa, tan poco que sabemos el final desde antes de entrar en la sala, pero… ¿y qué? En esta película lo que importa es el recorrido, que es lo suficientemente entretenido para hacer que no bostecemos ni una sola vez.

'Ninja Turtles' está realizada de manera muy genérica, con música muy genérica y actuaciones normalitas -o mediocres, en el caso de Megan Fox-, pero… ¿y qué? No hemos venido a buscar nominados a los Oscars, hemos venido a pasarlo bien, y lo conseguiremos. Megan Fox se consagra como pseudoheroína de acción, la eterna dama en apuros que ayuda a salvar la ciudad de manera casual. Pero si hay algo interesante en la dirección de esta película es el enfoque que el director le ha dado: está destinada a los que crecimos con esta serie, sí, pero además también a los adolescentes que no la han visto nunca. La caracterización de las cuatro hipermusculadas tortugas está bastante lograda, consiguiendo que diferenciemos una de otra sin esfuerzo y dándoles una personalidad más marcada que en cualquiera de los anteriores productos. Además, Jonathan Liebesman -o los productores, quién sabe- ha transformado a Michelangelo en una tortuga rapera ligona, bastante alejada de lo que era en la serie original. Y esto, lejos de ser malo, hace que sea la más divertida -y a la vez un poco cargante- de todas las tortugas.



'Ninja Turtles' es entretenimiento en estado puro que atraerá tanto a treintañeros nostálgicos como adolescentes con ganas de ver explosiones y a Megan Fox. Preparad los nunchakus, las palomitas y aclarad vuestras gargantas, porque la lucha empieza y sólo se necesita una palabra: "Cowabunga!".

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